La alimentación de precisión permite a los nutricionistas ser más eficientes con las materias primas de las que disponen. Esto es especialmente importante en tiempos en los que los precios de las materias primas suponen un reto para los productores y en los que la sostenibilidad es cada vez más importante. Por ello creemos que la alimentación es una forma de mejorar las prácticas del sector, aunque requiera de una mayor atención.
Cuando nos referimos a la nutrición animal solemos hablar de la alimentación de precisión como parte de un conjunto de prácticas agrícolas de precisión. La alimentación de precisión permite a los nutricionistas ser más eficientes con las materias primas, ajustarse mejor a las necesidades del animal, reducir las pérdidas de alimento, aumentar la eficiencia de la alimentación y optimizar la producción de carne y leche. Un cambio en el suministro de proteínas, por ejemplo, puede suponer una gran diferencia en términos económicos, pero también en lo que se refiere a la salud y el bienestar de los animales.
Al ser más precisos, podemos formular dietas que ayuden al sector a ser más sostenible, resistente y acorde a los requisitos y la normativa de sostenibilidad. La alimentación de precisión también conlleva que examinemos las necesidades del animal y adaptemos mejor las dietas a estas necesidades, teniendo en cuenta la especie, el grupo de edad, el estado de la producción, las necesidades del mercado y los objetivos empresariales.
Una menor dependencia de ciertas materias primas en nuestra formulación diaria para producir leche o carne (por ejemplo, la soja) significa un menor coste de la alimentación y una menor huella de carbono. Una mejor localización de las materias primas supone un menor impacto medioambiental y una mayor flexibilidad en nuestras formulaciones, mejorando la eficiencia de los piensos, y permitiendo a la industria elaborar productos sin OGM para satisfacer las demandas de los consumidores.
Podemos formular concentrados y dietas lácteas reduciendo la huella de carbono (C02-e) mediante el balance de aminoácidos. La razón es que mediante la aplicación de metionina y lisina podemos reducir o eliminar el uso de harina de soja, o disminuir el suministro de ingredientes con alto contenido en proteínas o fósforo, y esto tiene un impacto positivo en la emisión de CO2-eq.
Al aplicar la alimentación de precisión en las operaciones con rumiantes, se reduce la cantidad total de CO2-eq. Esto se debe a la reducción de la cantidad de CO2-eq por kilogramo de materia seca suministrada al animal y a una mayor eficiencia alimentaria en lo que respecta a la ingesta de alimento del animal. En lugar de sobrealimentar ligeramente a los animales para asegurar un buen crecimiento o producción, ya sea en términos de cantidad o calidad de alimento, puede centrarse en proporcionar a su ganado exactamente lo que necesita. Esto reduce la demanda de piensos y los residuos de los mismos, lo que a su vez permite utilizar esos activos para satisfacer otras necesidades, como la producción de biocombustibles o la alimentación humana.
