Todos sabemos que las vacas secas deben ser trasladadas al establo antes de la fecha prevista del parto, pero ¿de dónde viene esta recomendación? Para que una vaca lechera cumpla con su función, necesita ser capaz de movilizar el calcio de sus huesos. Este proceso puede llevar de 10 a 15 días. Si no dispone del tiempo adecuado para prepararse para la lactancia, la fiebre de la leche puede convertirse en un verdadero problema. Al modificar las dietas suministradas durante el período de preparto, no solo estamos dando tiempo a la vaca para que empiece a movilizar el calcio, sino que también permitimos que su rumen se adapte a los forrajes y a las dietas más energéticas, que son esenciales para ayudarla a absorber todos los nutrientes y evitar problemas después del parto.
Guía de formulación para la salud de los rumiantes
Consejos y trucos para mejorar la salud de las vacas lecheras y conseguir una mayor producción.
En la actualidad, el mayor reto no son las enfermedades clínicas y el coste de su tratamiento, sino que lo que causa verdadera preocupación entre los ganaderos son los trastornos metabólicos subclínicos que afectan muy negativamente a los animales. El trastorno metabólico, es decir, la hipocalcemia subclínica (SCH), se considera como "una enfermedad de entrada" porque se asocia con un mayor riesgo de problemas periparto que tienen consecuencias a largo plazo para la producción, la reproducción y la supervivencia. Los resultados de la investigación (Reinhardt et al., 2011) indican claramente que las vacas son más susceptibles a la hipocalcemia a medida que aumenta el número de lactaciones.
Grafico: Relación de la Hipocalcemia con el número de lactaciones.
En 2014, Martínez y otros colaboradores estudiaron el impacto de la hipocalcemia subclínica más allá de la fiebre de la leche. Indujeron la SCH mediante un tratamiento con ácido tetra acético de etilenglicol al 5% (infusión intravenosa) durante 24 horas. Constaron que la SCH redujo significativamente (* P<0,01) la ingesta de materia seca, aumentó la concentración de ácidos grasos no esterificados (NEFA), redujo las contracciones del rumen y disminuyó las funciones de los neutrófilos en comparación con las vacas normocalcémicas.
Martínez et. al. (2012) también estudió el efecto de la normocalcemia / SCH y sus consecuencias en la incidencia de metritis cuando la vaca se encuentra en una situación de alto riesgo. Una situación de alto riesgo se define como una vaca diagnosticada con distocia, gemelos, crías nacidas muertas o membranas fetales retenidas.
Las vacas normocalcémicas en situación de alto riesgo mostraron un 20% de incidencia de metritis, mientras que las vacas hipocalcémicas subclínicas mostraron un 77,8% de incidencia de metritis en la misma situación de alto riesgo (figura 2 ).
La importancia de la formulación para la salud preparto
El momento más crítico durante el periodo seco son las últimas tres semanas antes del parto. En esas semanas, la vaca se prepara para comenzar su próxima lactancia. Sin una nutrición y un control adecuados, las vacas podrían debilitarse rápidamente tras parir, lo que supondría una pérdida de ingresos potenciales para el ganadero. En este sentido, se sabe que la hipocalcemia es el principal problema que afecta al parto.
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